Bueno
amigos, de nuevo con vosotros para relataros una nueva peripecia, esta vez el
maratón de Castellón, mi maratón nº 8.
Ya tenía
yo ganas de ver los resultados que me podían deparar esos 42.195 metros después
de mi anormal verano, sin preparación alguna.
Sin
muchas ilusiones y sin garantías absolutamente de nada afrontaba el pasado
domingo día 7 el maratón de Castellón, tenía grandes, que digo grandes,
grandísimas dudas de lo que podía depararme este maratón, el hecho de tenerlo
pagado desde el pasado mes de abril junto con el hotel, y los ánimos que he
recibido durante todo este tiempo de mi amigo Alberto, de Roberto, de Lidia y
de Martín, me han hecho tirar “palante”.
Salíamos
el sábado al medio día de Alicante, Alberto, Maite y yo, el viaje fue un
auténtico placer, yo no estaba para nada nervioso, parece que ya le estoy
cogiendo el tranquillo a la distancia y ya no me pone alterado, llegábamos al
Hotel Doña Lola sobre las 6 de la tarde, recogimos los dorsales, la feria del
corredor es muy poquita cosa en Castellón, allí vimos a Roberto, Lidia,
Paquito, Martín y Doris, todos muy ilusionados, recogemos la bolsa del corredor
y una camiseta no demasiado fea, hacía un frío que pelaba, no sé si Maite o
Alberto proponen un paseo por el centro de la ciudad, menuda proposición, lo
hacemos, pero regresamos más helados que una llave, tomamos una pizza en un
establecimiento cercano al hotel y al sobre.
Con Santiago Hitos, 200 maratones le contemplan. click en la foto para ampliar.
Yo no
bajo a desayunar, nunca lo hago, siempre llevo mi propio desayuno a pesar de
pagarlo en el hotel, recojo las treinta toneladas de kleenex que tengo por la
mesita de noche y bajo, nos vemos en el hall del hotel los tres junto con
algunas marujas acelerás y el jefe Paquito a las 8 de la mañana, Alberto ya
está impaciente y decide que salgamos para la línea de salida, es un poco
pronto, le susurramos Maite y yo con la intención de que se apiade de nosotros,
pero no está dispuesto a perder ni un minuto más y decidimos salir, el
termómetro marca seis grados ¡¡¡ joder que frío!!! El viento reinante aún
agranda más esa sensación, yo ya he tomado mi sobre de antibiótico, mi jarabe y
mi ibuprofeno, llevo un cortavientos que me quitaré Dios mediante cuando haga
calor, por lo menos eso tengo pensado.
En la
línea de salida ya hay bastante gente, vemos a Kiko, junto con Esplá, otro Apol
Ana, como digo, Ángela y Paquito, Manolako y al gran Santiago Hitos, que esta
vez corre en su ciudad pero que va a tomar la salida en su maratón nº 200, si
amigos, habéis leído bien, 200 maratones le contemplan, es el que más maratones
ha corrido en nuestro país, ¡¡¡y no tiene coche!!!, el frío no se marcha, el
aire tampoco, la salida puntual, a las nueve en punto salimos junto con los
corredores de los 10.000 metros, esto causa un poco de confusión, hay
corredores que van a la carrera corta y salen disparados y los maratonianos que
lo hacen más conservadores, por este motivo se desluce algo la misma, no
obstante a esto, el ambiente es magnífico, numerosas camisetas y sudaderas
penden ya de las vallas, a muchos ya les sobran los ropajes, a mí en cambio no
me hubiesen venido nada mal alguna de ellas.
Las vallas llenas de ropa.click en la foto para ampliar.
En el km.
4 aproximadamente nos separamos de los corredores del 10.000, seguimos por
itinerarios diferentes, Alberto y yo, tal como lo hemos previsto llevamos un
ritmo un tanto conservador, no sabemos cómo van a responder nuestros maltrechos
cuerpos, solo nos interesa no entrar fuera de control, la animación va en
aumento, las calles de la ciudad comienzan a vibrar con los corredores, varios conjuntos
musicales animan la carrera, un triciclo-musical-amplificador también nos
acompaña un tramo, puestos con mandarinas peladas nos ofrecen, damos varias
vueltas por la cuidad, sobre el km. 9 aproximadamente vemos a Rafa Martínez
cámara en ristre, no corre y nos paramos a saludarle y departir unos instantes
con él, vuelven a pasarnos los corredores a los que ya teníamos muy rezagados y
comenzamos sobre el km. 14 a correr hacia las afueras, más concretamente hacia
el Grao de Castellón en donde está ubicada la media maratón, mi catarro va en
aumento, no puedo respirar por la boca, el aire frio me sienta como un tiro en
el pecho, Alberto continua junto a mí, eso sí, se pasa al carril contrario a
sacar fotos, vamos a tirones los dos, pero juntos, el plan establecido va
cumpliéndose.
Doris en pleno esfuerzo.click en la foto para ampliar.
Manolako
va con nosotros hasta la media maratón, media que pasamos en 2 14’ buena marca
para no entrar fuera de control, es más, llevamos algunos minutos de margen por
si al final lo pagamos, a partir de la media nos marchamos junto con Santiago,
que nos cuenta sus peripecias maratonianas por todo el periplo español hasta el
km. 27 más o menos, a partir de ese momento ya nos quedamos solos, mi ritmo va
exactamente al contrario que mi catarro, es decir, va en disminución, a Alberto
por el contrario no parece pasarle demasiada factura su reciente operación y
comenzamos a pegar tirones, bueno, comienza a pegarlos él, mi ritmo es algo más
suave que el suyo por lo que se va unos metros y se para a esperarme, comienza
de nuevo, y lo mismo, no sé exactamente si le viene bien o no esta forma de
correr, en Benidorm también paraba algunas veces, lo cierto y verdad es que a mí
no me importaba en absoluto, cada vez que llegaba a su altura, el comenzaba a
correr y a mí no me venía mal.
Mandarinas a troche y moche.click en la foto para ampliar.
El
cortavientos no me molestaba, mas bien al contrario, me mantenía caliente el
cuerpo, y eso para mí catarro no era malo, en el km.30 en uno de los
avituallamientos bebo agua en gran cantidad y sufro un amago de atragantamiento,
la mucosidad que acumulo no me permite respirar y tengo que detenerme para
respirar muy lentamente hasta que me recuperé, pasé mucho miedo porque me vi
mal, esto me volvió a suceder justo al final de carrera también con otro trago
de agua, pero esta vez algo más leve.
A nuestro
paso a estas alturas de carrera ya no queda mucha gente por las calles, se está
centralizando casi toda junto a la meta, mis piernas no parecen acusar el
descanso veraniego y aunque se nota el paso de los kilómetros comienzo a pensar
que solo el tremendo catarro que estoy pasando me puede parar en esta carrera,
las piernas me funcionan, cojo un ritmito “cómodo” y para meta, cada vez hay más
público, nos estamos acercando a meta, Maite ya cambiada y duchada, pues ella
ha corrido la carrera corta, nos hace fotos, ya se oye la megafonía de meta,
pero solo es un espejismo, la meta la vemos a 50 metros pero a nosotros aún nos
quedan 7 kilómetros, la carrera a su paso por el km. 35 coincide en el Paseo
Ribalta con la llegada, esto no me gusta nada, esto desmoraliza un montón, ya
en Málaga sufrí algo parecido si bien no era con la meta cercana, y a mí
personalmente no me atrae, el ver y saludar a compañeros que pasan junto a ti,
pero que te sacan siete kilómetros, a estas alturas de carrera no te anima
precisamente.
Musica ambulante.click en la foto para ampliar.
Nos
volvemos a alejar nuevamente, cada vez se oyen más lejanos los saludos, los
abrazos y la megafonía, venga pues, de nuevo a sufrir, le digo a Alberto que me
deje si quiere, ya sé que llego, pero me dice que no, que a él tampoco le
sobran las fuerzas, en el kilómetro 41 decido quitarme el cortavientos, ¡¡ya
está bien!! pienso, por lo menos que en meta sepan que soy Correbirras, en ese
momento y sin darme cuenta, me aprieto el botón de mi Garmin mientras me lo
quito y se me para el GPS, no me doy cuenta, genial, cuando pasan bastantes
metros nos animan, venga que solo quedan 300 metros, yo miro el reloj, este tío
está tonto, yo tengo 41’300, al ratito vuelvo a mirar, siguen los 41’300, es entonces
cuando me doy cuenta del fallo pero ya no tiene arreglo, entramos en meta
juntos en 4 horas y 38 minutos, 18 minutos más que mi peor marca en maratón, no
importa, solo queríamos finalizar y lo hemos conseguido a pesar de todos los
pesares.
La alegría de los primeros kilómetros.click en la foto para ampliar.
Como dije anteriormente, al tomar agua
vuelvo a tener problemas con mi respiración y decido no beber ni cerveza, ni
tomar la pizza calentita que sirven al final siempre en esta línea de meta,
medalla de finisher y toalla muy bonita nos cuelgan del cuello.
He de
decir que en esta localidad los avituallamientos intermedios, además de ser
cuantiosos están completamente equipados, unos con agua suficiente, otros con
frutas y geles, otros con agua e isotónicas, es decir muy, pero que muy completos,
el avituallamiento final tampoco desmerece, es bastante completo junto con los
consabidos masajes y grandes bidones de agua con hielo para quién quiera
introducirse en ellos.
Ya en el
hotel, y una vez duchados vemos a Lidia, Paquito, Doris y Martin que están
realmente contentos con sus marcas, Doris además con su bonito trofeo, yo solo
contento con la finalización de mi octavo maratón, ya vendrán tiempos mejores.
Hay gente
que piensa que estamos locos, yo tengo que ser sincero, y pienso que algo
realmente si estamos, a nadie en su sano juicio se le ocurre soplarse 42
kilómetros con un trancazo como el mío, pero vendita locura, solo hay que
adaptar tu carrera a tus circunstancias en ese momento y cambiar los objetivos,
ahora estoy peor que cuando me fui, es cierto, pero ya no me acuerdo de lo mal
que lo pase en carrera, solo me quedo con lo bueno, si es que realmente hubo
algo, jajajaja.
Ahora a
pensar en la media de Aspe para el próximo día 21, la llevo corriendo casi 15
años y este de nuevo toca pasar “rasca” de nuevo, porque en Aspe también se las
pela el año que decide salir fresquete, que son casi todos.
Foto de la semana.-
Enlace de fotos.
J.V. misión cumplida, y no hay nadie que se haga las maratones como nosotros, con seguridad que los de 3,15´noi se enteran de la mitad de las cosas que nosotros, ni saudan a tantas personas como nosotros.
ResponderEliminarLo importante es terminar y llegar y nosotros lo hacemos muy bien y además con la sonrisa puesta.
Un abrazo y hasta Aspe.
Bueno pa como estaba la cosa el resultado digamos que aceptable jeje. Un saludico y cuidateeeee.
ResponderEliminarJose Vicente que merito tiene, poder terminar un maratón entrenando poco y con un trancazo de aupa, es digno de los mayores elogios, a recuperarse y nos vemos en proximas carrera.Un fuerte abrazo Santi.
ResponderEliminarGrande J.V, me quedo con tu penúltimo párrafo. Ah, si que es una putada lo del km.35, creo que se lo deberían mirar, eso en el 21 pues vale, pero a esas alturas...
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