El pasado viernes volví de nuevo
a correr la bajada Hondón-Aspe, prueba esta que desde hace algunos años es una
fija en mi calendario, esta es una de las pruebas que sin saber por qué la
corres año tras año a pesar de los inconvenientes que supone hacerlo un día de
trabajo, es decir un viernes por la tarde, suponiendo que seas uno de los
afortunados que en este país aún pueden contar con un sueldo, y el hecho de
tener la salida en una localidad y la llegada en la otra con el consiguiente
trastorno a pesar de los autobuses que la organización pone para regresar al
punto de partida y que a mi opinión son de todo punto insuficientes, no
obstante a esto la organización se lo curra bien a pesar de los fallos que en
algunas ocasiones han ocurrido.
Llegaba temprano como es mi
costumbre pero como siempre a todo hay quién te gane, ya habían corredores en
el punto recogiendo los dorsales, los andarines por supuesto que habían muchos,
estos salían una hora antes, es decir a las 6 de la tarde, departí
amigablemente con muchísimos amigos que esta vez sí se encontraban en esta
carrera y es que como digo tiene muy buena aceptación. Algunos de ellos me
apuntaron la posibilidad de unirse a nosotros en el viaje que hay programado
para el maratón de Málaga en breve, espero que no tarden en decidirse pues solo
quedan 12 plazas libres, La recogida del dorsal sin problemas, el llegar
temprano eso es lo que tiene, después me comentaron que hubieron algunos
problemas con las entregas a los corredores y los andarines, yo lógicamente no
los sufrí si es que realmente ocurrieron.
Saludé a los incombustibles
Alberto Costilla y Maite, Manolo Rico, llegado desde Murcia para tal fin,
Juanito Antón, Gabi, Efrén, Moratinos, Otto y Jaime recién llegados de
vacaciones, Raúl, enfrascado en temas organizativos, los paredes, padre e hijo,
José Juan acompañando a la correbirrera Natalia, las Marujas Acelerás con su
marujón mayor Paco a la cabeza, Paquito, Martín, Javi y Pepi y tantos y tantos amigos que allí pude ver.
Momentos antes de la salida pude
saludar a Antonio Rico, me alegré mucho de verlo, ya hacía algunas carreras que
no coincidíamos y nos saludamos a la vez que me comunicaba que estaba algo
liadillo en estos momentos por la situación delicada por la que estaba
atravesando su padre, yo también pasé por esa situación y así se lo hice saber,
que coincidencia que a falta de diez minutos de la salida y al verlo muy
nervioso buscando a los amigos que le habían acompañado a la carrera me dijo
que le acababan de avisar que su padre había fallecido hacía unos minutos,
D.E.P. le mostré mis condolencias aunque en ese momento no estaba
comprensiblemente para nada, desde estas letras quiero de nuevo hacérselas
llegar.
En cuanto a la carrera, pues eso,
mas de lo mismo, intentado de nuevo poner mi cuerpo en forma, si es que ello
fuera posible, e intentando rebajar los kilos que en un alarde de ineptitud he
cogido este verano y que me llevan a mal traer, le voy a pedir a Rafa Martínez
el secreto, pues el lleva una marcha que hace sentir envidia a muchos de
nosotros.
La salida puntual, unos 900
corredores nos dimos cita en esta ocasión y yo como siempre salí en los últimos
lugares que es donde no molesto a nadie, lo que ocurre es que después me cuesta
más adelantar a todos para llegar entre los primeros clasificados y este y no
otro es el motivo por el cuál jamás me veréis en el podio, esto y lo
tremendamente difícil que me resultan estas carreras en estas fechas. La
carrera fue rápida, el trazado siempre hacia abajo a pesar de unas cuestecillas
que se te atragantan, sobre todo a la entrada a Aspe, la hace posible, un par
de avituallamientos en ruta fueron suficientes para apagar la sed que con el
intenso calor reinante teníamos. Como he dicho en multitud de ocasiones, el
hecho de colocarte un dorsal es sinónimo de esfuerzo adicional, y en esta
ocasión no sería diferente, ese puntito de más que diferencia las carreras con
mis entrenos actuales me hace que sufra más de lo pactado, espero que esto pase
pronto.
He de decir en honor a la verdad
que esperaba tardar algún minutillo más de lo que tardé, paré el crono de los
11 kilómetros en 1 00’ 49’’ que si bien no es para tirar cohetes, y para muchos
será un tiempo impresentable, es un buen tiempo para mí en las actuales
circunstancias. La bolsa del corredor consistió en una camiseta de manga corta
y ”más ná”, fruta y Coca Cola en el avituallamiento final y de regreso a la
salida, este año con Alberto, que amablemente me acercó a por mi coche.
Ahora tengo que replantearme las
carreras inmediatas a ver si me cuadra alguna, tengo seguras en septiembre el
15 los 10 km. de Alicante y el 20 la Escobella en la sierra del Maigmó, esas ya
están “firmadas” pero veré si entre ellas y antes de la media de Alicante el 6
de octubre me seduce alguna otra, tengo que ponerme las pilas ya que me esperan
la vuelta a la Foia, y dos maratones, Murcia en noviembre y Málaga en diciembre
y tengo que hacerlas decentemente, un saludo amigos.
Foto de la semana: