Jornada montañera la de ese fin
de semana, y por lo tanto una prueba totalmente diferente a lo que estoy
acostumbrado a hacer, desde el pasado año en esta misma carrera no había vuelto
a calzarme mis zapatillas de trail, por lo que el resultado final era toda una
incógnita para mí.
A pesar de que la carrera estaba
anunciada para las 10 de la mañana, no llegué tarde, no es mi costumbre, pero
si es verdad que una velada anterior de fiesta de cumpleaños me hacía llegar
con las fuerzas mermadas y muchísimo sueño, vi en ella a bastantes amigos, si bien
es verdad que ni a todos los que me hubiese gustado, ni a muchos que el pasado
año si la corrieron, algunos como Jota que vino desde Elche como andarín, Jesús
Paredes, Martin, Paquito a pesar de correrla lo hacían después de haber hecho
el sábado las 6 horas de Molina en sus distintas modalidades, yo este año no la
he corrido por tener un calendario diferente al pasado, Martín y Paquito no
llevan camiseta Correbirras y me dicen que este año la van a correr en la cola
recogiendo las cintas marcadoras del recorrido ayudando a la organización y
cargados con unas mochilas a la espalda para tal fin, al hilo de las cintas
diré que durante la noche del sábado al domingo algunos “graciosos” han
retirado la señalización que la organización había colocado y por lo tanto ha
habido que reponerla a primera hora de la mañana por ciclistas con el
lamentable resultado de la caída de uno de ellos y la rotura parece ser de la
clavícula, espero que se recupere muy pronto.
Alegría antes de iniciar la carrera.click en la foto para ampliar.
Como consecuencia de mi
tempranera llegada vi salir a los andarines, que lo hacían a las 8’30, había,
me parecieron menos que el pasado año, al igual que en la carrera, unos 100
corredores menos me pareció oír a alguno de los organizadores, 275 corredores
llegados a meta.
Mónica también muy contenta.click en la foto para ampliar.
Al frente de toda la parafernalia
se encontraba de nuevo Pepe Brotons, que a la entrega del dorsal nos dio otra
vez la camiseta azulita esa que tanto resultado le está danto y que tan popular
se está haciendo ya entre todos nosotros, eso sí, con alusión a la prueba
montañera, a ella se uniría al final en la bolsa, en consabido caldo Aneto,
unos dátiles y una barrita energética, fruta y bebidas refrescantes para
reponernos finalmente.
Salíamos como he dicho a las 10
horas, el tiempo era agradable, no hacía sol, hacía un poquito de aire que
refrescaba algo la mañana pero nada que no se pudiera superar, la salida de los
andarines fue algo más fresquita que la nuestra, como siempre me coloque en los
últimos lugares, ya tendría tiempo de retrasarme aún más pensé, enciendo mi
navegador y, sorpresa, me dice que no tiene batería, algún fallo ha hecho que
se descargase y por lo tanto no sabré en ningún momento datos de mi carrera,
salí con Rebeca, la novia de Jesús, esta chica va a más, a pasos agigantados,
parece mentira el poquito tiempo que hace que solo venía a acompañarlo en las
carreras, los tres kilómetros iniciales son en constante bajada por la
carretera asfaltada en dirección al pantano de Tibi, aunque con algún “falso
llano” lo cierto es que esa parte de la carrera es comodísima lógicamente, casi
llegando ya a los cuatro kilómetros un desvío hacia la derecha y te hace
adentrarte ya de lleno en la carrera, ya comienzas a ver a qué tipo de carrera
has venido, comienzan las subidas por terreno pedregoso y resbaladizo si bien
no son de muchísima entidad ya que te permiten subirlas corriendo aunque a un
ritmo “cómodo”.
El que avisa no es traidor.click en la foto para ampliar.
Algunas subidas y bajadas van
“adaptando” tus piernas a la jornada que les espera y dos cuestas increíbles,
al menos para mí y en las que tienen que poner pié a tierra casi la totalidad
de corredores y que se hacen interminables dan con nuestros huesos en el alto
de La Escobella, entre medio de estas dos cuestas un avituallamiento, me como
un dátil y bebo agua, dejo la botella en el último contenedor para la recogida,
pero observo algunos metros más adelante que muchos no diferencian el correr
por el monte de correr por la ciudad, quizás piensen que más tarde vendrán los
de la limpieza pública con las barredoras, unos pocos chavales de la
organización nos esperan en lo alto, de vuelta sobre nuestros pasos, tenemos
que bajar lógicamente por donde hemos subido, si la subida ya es dura y así te
lo ponen en los cartelitos, la bajada no lo es menos, también advertidos de la
peligrosidad de la misma la iniciamos, el tipo de terreno y la cantidad de
corredores que por ella ya han pasado la hacen especialmente peligrosa por sus
resbalones cuando pasamos los rezagados de la prueba, que somos bastantes, a
pesar de que no se observaban las largas filas del año pasado, la menor
afluencia es lo que tiene, algunos resbalones casi siempre controlados y algún
acelerón no previsto acompañan la larga bajada, estas bajadas me pasarán
factura seguro, mis gemelos me lo avisan, de nuevo el “llano” ahora toca correr
de nuevo, el constante sube y baja y el cansancio que ya llevo acumulado en mis
piernas junto con mi bajísima forma me hacen plantearme mi presencia en ella, el
típico “ que pinto yo aquí” y es entonces cuando me acuerdo de mis amigos
Fausto, Alberto y compañía y lo que dicen disfrutar en las montañas, el segundo
avituallamiento sobre el kilómetro diez, en este punto ya solo bebo agua, de
nuevo veo más cantidad de botellas de agua muy lejos de los contenedores y
algunos sobres de geles, no voy a entender nunca esta aptitud, la carrera a
estas alturas ya se me está haciendo pesada, me está comenzando a salir mi
noche toledana, solo me anima el sacar algunas fotos, pero es que siempre vamos
los mismos tres o cuatro desde hace mucho rato ya, en algunas ocasiones no veo
a mi predecesor y tengo alguna duda por el recorrido, al final sobre el
kilómetro 12 veo a Jesús y Rebeca, me animo a cogerlos y me esfuerzo algo más
si cabe, esfuerzo que pagaré al final, cuando me faltan 30 o 40 metros para cogerlos
en plena subida, Jesús se vuelve, me anima, Vamos Jose, y se ponen a correr,
canalla, más que canalla, con lo que me había costado llegar hasta ellos para
animarme y se me van otra vez, unos doscientos metros que yo no recuperaré y
que me hacen perder 4 minutos en la línea de llegada con ellos.
Rebeca y Jesús en plena bajada de la antena.click en la foto para ampliar.
La subida ahora a las antenas ya sí
que sobra, en plena ascensión me cruzo con Juanito Antón que está bajando y que
me dice, ya no me acordaba del año pasado, que dura es, pues si para ti es dura
chaval pienso, no te digo para mí, en lo alto de las antenas bebo de nuevo
agua, la organización está anotando los dorsales de los que hemos subido, no
tienen problemas, vamos tan espaciados y andando que es muy fácil esta labor.
De nuevo emprendemos la bajada
que ahora ya si nos llevará hasta el kilómetro 16 aproximadamente que es cuando
cogeremos ya el asfalto para el tramo final, tramo de un kilómetro que
lógicamente es de subida y que solo hace ponerme la puntilla en un símil
taurino solo figurado espero, al llegar al asfalto recuerdo unas palabras del
pasado año de Martin que me dijo en este tramo, no permitas ahora llegar
andando, tienes, aunque solo sea por orgullo que llegar corriendo, el tramito
no se presta para ello pero lo intento, se lo digo yo esta vez a dos chicas y
un chico que me acompañan, pero creo yo que el orgullo lo tenemos ya los cuatro
por los suelos, así y todo comenzamos a correr ya hasta el final.
2 horas 16’’ es lo que marca el
reloj de meta, diez minutos más que el año pasado, a mi llegada me saluda y me
felicita Kiko, ya queda poca gente por entrar, lo he pasado mal, pero he
soportado el sufrimiento y con eso me quedo, les tengo a estas carreras un
cariño especial, pero me hacen sufrir mucho, no estoy preparado para ellas,
tengo los gemelos puestos en adobo, voy acartonado como los muñecos de las
fallas, tengo agujetas en músculos que yo no creía tener, mis piernas me hacen
caminar con una chulería que no me hace
pasar inadvertido, en fin, otro año que corro en el Maigmó, que ha sido dura,
pero que el año que viene me esperen que la vuelvo a correr seguro, la
organización perfecta, sin fallos.
Ahora a esperar al domingo en la
media de Alicante, media que ya me dará una idea más exacta de mi estado
actual, correré con mi sobrina Olga que es la primera que hace y que será la
número 144 para mí.
Foto de la semana.
En la presente instantánea podemos ver al sufridor Vicente José Agulló, corredor simpatiquísimo y que siempre tiene una sonrisa para un amigo, aún en los peores momentos no le verás jamás un mal gesto, siempre con su camiseta alusiva a su Elche querido, se merece también estar en la foto de la semana.click en la foto para ampliar.
Enlace de fotos
JV:::::::::::Te hacia en las 6 horas de Molina.
ResponderEliminarBOnita carrera la de la escobella, aunque la participación ya empieza a bajar en todas, cada vez más carreras para casi los mismos corredor@s. En la de Alicante no nos veremos, pero suerte con tu sobrina....
Un saludo y nos vemos en los 10 Kms de Funde - sen jajajja
Buena carrera, aunque para los "montañeros", muy corredora. Un saludo
ResponderEliminarQue nos acostumbramos al asfalto y a na que haya alguna piedra ya nos cuesta, A mi me pasa lo mismo. Un saludico.
ResponderEliminarmuchas gracias josevicente por las palabras de rebeca le han gustado mucho , un abrazo amigo mio
ResponderEliminarJejejejeje, que bueno, vaya montaje mas chulo Jose Vicente, gracias por las fotos y por esas palabras que me dedicas, muy buena carrera y mejor gente en ella, un fuerte abrazo y nos vemos en Murcia campeon.
ResponderEliminarVicente jose Agullo..